sábado, 12 de abril de 2014

La familia de Carlos IV

     

1. La familia de Carlos IV es un retrato colectivo pintado en 1800 por Francisco de Goya encargado por Carlos IV .Se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
2.   La técnica es óleo sobre lienzo.
La composición resulta a la vez fácil de ver pero compleja de realizar (ésta es precisamente la maestría). En principio, y aunque el cuadro parezca simétrico, no lo es. El centro de la composición lo crea el niño de rojo (el color que más atrae la mirada) que junto al marco del cuadro crea una gran línea vertical que separa ambas partes. Si nos fijamos en ellas, la izquierda es mayor que la derecha en una proporcionalidad conocida desde muy antiguo llamada número aúreo (número de oro), muy utilizado en el Renacimiento.
En cuanto a la relación línea-color, predomina el segundo. Es la llamada pincelada suelta que realiza las formas a través de pequeños manchones, al igual que hacía ya Velázquez.
Los colores predominantes son los cálidos, en especial los dorados (herencia de Tiziano). Sobre este fondo Goya vuelve a recurrir a Velázquez y anima el cuadro con estallidos de rojos, como ya se hacía en las Meninas.
La luz juega varias funciones en el cuadro. Por una parte dará una mayor importancia a Maria Luisa que relumbra con su vestido (que era el verdadero poder del reino, junto a Godoy).
 Su otra función tiene que ver con la creación del espacio. En este punto Goya se encuentra con un grave problema. Tiene que meter demasiadas figuras en un espacio bastante pequeño, lo cual puede llegar a crear una sensación de asfixia en el espectador. Por eso necesita crear por medio de trucos más espacio, y para ello recurre a Velázquez y sus Meninas.
Por una parte coloca en el fondo cuadros que abran una mayor perspectiva, sobre todo el de la derecha.
Por otra juega a crear bandas horizontales de luz y sombra de forma consecutiva, igual que ocurre en las Meninas, creando así como una serie de peldaños en donde el ojo se va parando, avanzando más lentamente hacia el fondo y dando una impresión de mayor espacio.
El tratamiento de las figuras es realista, acaso excesivamente realista para su tiempo, pues la capacidad de penetración psicológica del pintor es tan grande que casi nos va desnudando a toda la familia real, que vemos con todos sus vicios y miserias.
3.       El retrato diseñado por Goya es una representación de grupo de toda la familia real, al estilo de cómo lo había hecho Louis-Michel van Loo, en su cuadro de La familia de Felipe V o Jean Ranc en otro retrato de la misma familia. La familia de Carlos IV lo componen catorce personajes donde Goya rinde homenaje a Velázquez y su lienzo Las Meninas. Es un lienzo de enormes dimensiones (más de tres metros de ancho por otras casi tres de alto) que se dispone en tres grupos  de cuatro personajes, que ordenan la composición: a la izquierda el infante Carlos María Isidro, y junto a él, avanzando en primer plano la figura egregia de Fernando, en esas fechas Príncipe de Asturias todavía. Completan el grupo, Doña María Josefa, hermana del rey, y a su lado una muchacha sin rostro que alude, de esta forma,  a la futura mujer de Fernando VII, que aún no se conocía. El grupo central viene dado por los padres de familia, el rey y la reina, Carlos IV y María Luisa de Parma, acompañados de la infanta María Isabel y su hermano pequeño, el príncipe Francisco de Paula (de la mano de la reina). El tercer grupo, situado a la derecha y en un plano algo más secundario, está formado por el  infante  Antonio  Pascual, Doña  Carlota Joaquina y finalmente los príncipes de Parma que llevan en brazos al pequeño infante Carlos Luis. El pintor destaca en el centro a la reina, con intención de realzar la figura de la reina María Luisa, auténtica dominadora en la familia, además de presentar al rey con cierta pose bobalicona. Remata la composición el autorretrato del propio Goya, a modo de homenaje a Velázquez en Las Meninas, pero en un segundo plano y en mayor penumbra que aquel.
Destaca en la ejecución la pincelada goyesca, casi presagiando el impresionismo.
4.Probablemente el mejor retrato de conjunto del XIX. Una obra imprescindible para todo aquel que visite el Museo del Prado, que además cuenta con una sala en la que se sitúan también los dibujos preparatorios y los dos magníficos retratos ecuestres de Carlos IV y María Luisa de Parma. Goya es capaz de transmitir en el cuadro quién era quién en aquella Corte: una Carlos IV ilustrado, mecenas y bondadoso pero poco o nada dado para las tareas de gobierno, una Reina de fuerte personalidad y auténtica gobernante de aquella Monarquía (junto a su valido, o algo más, Godoy), un Fernando VII amenazador y ambicioso a la espera de hacerse con las riendas del poder.



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