sábado, 15 de marzo de 2014

Catedral Santiago de Compostela

Esta obra arquitectónica se trata de la catedral de Santiago de Compostela, perteneciente al Románico.
De autor desconocido. Las obras fueron encargadas por los obispos Diego Peláez (hasta 1087) y Diego Gelmírez (hasta 1128).
Esta obra se construyó de 1075 a 1128.
El edificio, presenta a sus pies un nártex, en el que se sitúa el Pórtico de la Gloria. En la construcción primitiva, en este espacio se situaban a cada lado sendas torres de planta cuadrada.
El interior del templo se divides en tres naves. La central posee un ancho de 10 metros y alcanza
 una altura de 22, cubriéndose con bóveda de cañón. Las naves laterales, de menor altura y unos 5
metros de anchura lo hacen con bóvedas de aristas. Sobre dichas naves laterales se alzan tribunas
que asoman a la nave central mediante arcos geminados. Sus vanos exteriores proporcionan
iluminación a la parte superior de la nave central, lo que contrasta con la mayor penumbra de la zona
inferior.
Las bóvedas se sostienen mediante pilares compuestos que presentan columnas adosadas, organizadas de forma tal que la columna que mira hacia la nave central se eleva a lo largo de toda la altura de la misma, hasta alcanzar el inicio del arco fajón correspondiente.
El transepto se organiza también en tres naves en cuyos extremos se abren sendas portadas al
exterior. Sobre el crucero se alza un cimborrio. En todo este enorme transepto se alzan también
tribunas sobre las naves laterales.
La cabecera de la catedral es de amplias dimensiones y dispone de una girola con cinco capillas
radiales en los absidiolos. De ellas, la central presenta al interior forma absidada, mientras que al
exterior se cierra con testero plano.
Todo el espacio interior del templo está organizado de manera que los fieles pudiesen acceder a la catedral por la portada de los pies y recorrerla hasta llegar a la girola, en cuyo espacio central se encuentra el sepulcro del citado apóstol. Todo este camino interior el edificio permite que puedan desarrollarse sin interferencias.
La catedral de Santiago viene a simbolizar, en primer lugar, la importancia de una ciudad y una sede obispal en la que se encuentra situado el sepulcro de uno de los doce apóstoles de Cristo. En este sentido, la propia planta de la iglesia es imagen de la cruz de Cristo y, en consecuencia, representación en piedra de la idea de la crucifixión y muerte de Jesús como base para la salvación del mundo. Pero, por otro lado, la construcción simboliza a la perfección el desarrollo del reino astur-leonés en un momento en el que el espacio geográfico peninsular se encontraba fragmentado y en el que sobresalía el mundo islámico representado por al-Andalus.

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